lunes, 31 de diciembre de 2007

Borrar y empezar nuevamente.

De hoy lunes a mañana martes, las cosas en la naturaleza ocurrirán tal cual como han ocurrido desde hace millones de años: saldrá el sol, correrá el agua de los ríos y la suave brisa moverá las ramas de los árboles. Sólo en nuestra visión humana, tiene este traspaso de un día a otro, una cualidad particular, el día de mañana será un nuevo año, hemos creado estás medidas en el tiempo, para ubicar los hechos cronológicamente, para dar forma a la historia humana.

Pasaron millones de cosas en el dos mil siete, algunas de las que más recuerdo son: la no renovación de RCTV, la grosería fascista de un monarca, los Referéndum en Costa Rica y Venezuela, que aunque ambos significaron derrotas populares y se definieron por márgenes insignificantes, en ambos temas no se ha dicho la última palabra.

En Panamá, la oligarquía y el amarillismo sindical, asesinaron a Osvaldo Lorenzo y Luiyi Argüellles, elevados a mártires del movimiento obrero y popular; la corrupción y la impunidad siguieron rampantes; la publicidad estatal maquilla la miseria de los marginados; el pueblo es rehén de la libre oferta y demanda.

Uno de los retos principales de los que luchamos por una patria diferente, justa, libre y solidaria, es seguir en el lento y difícil trabajo de construcción del poder popular, condición básica para que nuestro pueblo sea el actor principal en la edificación de su porvenir. Construir un sistema, que de la mayor suma de felicidad posible a todos y esa condición pasa por educación liberadora, salud de calidad igual para todos y la superación del sistema capitalista, que es la base generadora del individualismo y el atontamiento que carcome a nuestra sociedad.

Podría decirse que más de lo mismo –en cuanto a los retos- es lo que nos espera en el dos mil ocho, pero recordemos que un año, es sólo una medida del tiempo, que nos ayuda a calcular y registrar los avances o retrocesos que podemos tener como individuos o sociedades.

Por otra parte, en el plano personal, esta celebración permite la ilusión de borrar y empezar nuevamente, nuestros propósitos y nuestras vidas, un éxodo que nos aleje temporalmente de los problemas. En fin, un año esta por terminar, empieza una nueva etapa.

-Luis Calvo Rodríguez

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Carta abierta a los dirigentes europeos

Danielle Mitterrand

Tal como Europa lo ha aprendido y cruelmente pagado, la democracia necesita ser vivida sin cesar, reinventada, defendida tanto en el interior de nuestros países democráticos como en el resto del mundo. Ninguna democracia es una isla. Las democracias se deben asistencia mutua. Hoy hago, por eso, un llamado a nuestros dirigentes y a nuestros grandes órganos de prensa: sí, lo afirmo, la joven democracia boliviana corre un peligro mortal.

En 2005, un presidente y su gobierno son ampliamente elegidos por más de 60 por ciento de los electores, a pesar de que una gran parte de sus electores potenciales, indígenas, no están inscritos en las listas electorales, puesto que ni siquiera poseen estado civil. Las grandes orientaciones políticas de este gobierno fueron masivamente aprobadas por referéndum antes incluso de esta elección, y, en especial, la nacionalización de las riquezas naturales en vistas de una mejor redistribución, así como la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

¿Por qué es indispensable una nueva Consitución? Por la razón muy simple de que la antigua data de 1967, cuando, en América Latina, las poblaciones indígenas (representaban en Bolivia 75 por ciento de la población) se hallaban totalmente excluidas de cualquier ciudadanía.

Los trabajos de la Asamblea Constituyente boliviana han sido, desde sus orígenes, constantemente trabados por las maniobras y el boicot de las antiguas oligarquías, las cuales no soportan perder sus privilegios económicos y políticos. La oposición minoritaria extrema el cinismo hasta disfrazar su rechazo a la sanción de las urnas bajo la máscara de la defensa de la democracia. Reacciona con el boicot, las agresiones en la calle, la intimidación de los responsables electos, en la estricta continuidad de las matanzas perpetradas a civiles desarmados por el ex presidente Sánchez de Lozada en 2003, quien, por otro lado, sigue perseguido por sus crímenes y refugiado en Estados Unidos.

En favor de un caos cuidadosamente instrumentado, renacen las amenazas separatistas de las regiones más ricas, que rechazan el juego democrático y no quieren “pagar por las regiones más pobres”.

Grupos activistas neofascistas y bandas paramilitares, subvencionadas por la gran burguesía boliviana y ciertos intereses extranjeros, instalan un clima de miedo en las comunidades indígenas. Recordemos en qué terminaron Colombia y Guatemala, recordemos sobre todo la democracia chilena, asesinada el 11 de septiembre de 1973 después de un proceso idéntico de desestabilización.

Se puede matar una democracia también por medio de la desinformación. No, Evo Morales no es un dictador. No, no es la cabeza de un cártel de traficantes de cocaína. Estas imágenes caricaturescas se hacen circular en nuestros países sin la menor objetividad, como si la intrusión de un presidente indígena y la potencia creciente de ciudadanos electores indígenas fuesen insoportables, no sólo a las oligarquías latinoamericanas sino también a la prensa bienpensante occidental. Como para desmentir aún más la mentira organizada, Evo Morales hace un llamado al diálogo, rehúsa hacer uso del ejército y pone incluso su mandato en la balanza.

Solemnemente llamo a los defensores de la democracia, a nuestros dirigentes, a nuestros intelectuales, a nuestros medios de comunicación. ¿Vamos a esperar que Evo Morales conozca la suerte de Salvador Allende para llorar sobre la suerte de la democracia boliviana?

La democracia tiene valor para todos o para nadie. Si la amamos en nuestra patria, debemos defenderla por todos los lugares donde esté amenazada. No nos toca, como algunos lo pretenden con arrogancia, ir a instalarla en otras naciones mediante la fuerza de las armas; en cambio, nos toca protegerla en nuestro país con toda la fuerza de nuestra convicción y estar al lado de aquéllos que la han instalado en su nación.

Traducción de Vilma Fuentes

lunes, 24 de diciembre de 2007

Navidad

En este día designado para recordar el nacimiento de Jesús de Nazareth –aquel rebelde judío-palestino que veneran los cristianos- que trajo al mundo ideas de amor, libertad, dignidad humana y solidaridad, que demostró con su ejemplo, siendo humilde y valiente; quiero desearles a todos una feliz navidad, símbolo de recordación del nacimiento de aquel hombre y el valor de sus ideas.

¡Un abrazo fraternal…!

sábado, 22 de diciembre de 2007

Retos de la Juventud Indígena Mesoamericana en el Siglo XXI

ESTE ESCRITO FUE PUBLICADO EN EL LIBRO: RETOS DE LA JUVENTUD MESOAMERICANA EN EL SIGLO XXI, QUE SALIO EL 29 DE NOVIMEBRE DE ESTE 2007, EN CIUDAD DE GUATEMALA, AUSPICIADO POR LA FEDERACION LUTERANA MUNDIAL Y LA COORDINADORA MESOAMERICANA DE LA JUVENTUD (CMJ).


Por: Ronaldo Ortíz

PANAMÁ - Ubicado en un área donde las desigualdades sociales se muestran en su más cruel realidad, la región mesoamericana, de su población total, aglomera una población indígena de mas de un tercio de esta población y su juventud representa ya mas de la mitad de nuestros pueblos autóctonos. Siendo pueblos que sufren la marginación y explotación; no parecen ser herederos de las genuinas salvaguardas de estas tierras ancestrales, de basta riqueza cultural y cosmogónica. Los alarmantes niveles de pobreza, los insignificantes niveles de desarrollo y toda esa condición que hace que nuestros pueblos indígenas sean considerados sub desarrollados, según el enfoque occidental, permite que este análisis que desarrollamos a continuación se de desde las mas firmes convicciones de la juventud indígena mesoamericana, quienes estamos llamados primariamente a resguardar la cultura, identidad y actitud aguerrida de los pueblos, históricamente poseedores de estas tierras. Por lo tanto, nuestro análisis no se fundamenta en la visión occidental de la vida, donde prevalece la defensa de los derechos humanos y los derechos individuales bajo un modelo económico enmarcado en el libre mercado. La definiremos desde la cosmovisión indígena propia, que se caracteriza por la relación del universo, la naturaleza y el ser humano, la promoción de los derechos colectivos, bajo un modelo de producción comunitario.

El sistema económico impuesto asocia la pobreza con la falta material de recursos para satisfacer necesidades básicas. Nuestra visión lo denota como la disminución o falta de espiritualidad, felicidad, en detrimento de un pensamiento propio, ya que nuestras riquezas se determinan desde la obtención y mantenimiento equilibrado de los recursos de la naturaleza, su diversidad biológica, que conlleva a la fortaleza de la identidad cultural y de la relación hombre/mujer-naturaleza-universo. Este enfoque permite mayores oportunidades de consenso, basados en nuestros hábitos y el legado cultural ancestral, y, por tanto, un marco de posibilidades mayores de un real desarrollo para nuestras comunidades, y para la juventud.

Para identificar mejor estos conceptos tomamos unas ideas del hermano Carlos Batzin, cuando al plantear sobre el desarrollo humano de los pueblos indígenas, indicaba:
“La visión de desarrollo de nuestros pueblos parte del origen de todas las formas de vida desde una perspectiva cosmogónica. El conocimiento alcanzado por los pueblos indígenas se enmarca en la cosmovisión y constituye la base de la práctica social, todas las estructuras de nuestras sociedades: políticas, sociales, culturales, económicas y religiosas, obedecieron un mismo patrón y en cada una se aplico la cooperación como ley fundamental del desarrollo, generando como sistema propio el comunitarismo esencia del modelo de vida que ha generado no solo la resistencia de los pueblos indígenas sino de la plataforma del desarrollo sostenible del futuro.”

De este señalamiento se desprende la tarea de la juventud indígena; una tarea que retoma el reto de superar los múltiples traumas de uno de los genocidios más infames que una civilización haya cometido contra otra. El genocidio iniciado con la conquista y profundizado durante distintos momentos de los últimos 515 años suprimió algunos pueblos que llevaron siglos de coexistencia con la tierra, la naturaleza y demás seres vivientes, y dejó a los sobrevivientes con secuelas de todo tipo.
Toca hacer avanzar nuestra condición de pueblos ancestrales, de firme convicción cultural, de principios cosmogónicos y de alta calidad como seres humanos, de trabajar por el bien común, en colectivo, promoviendo el comunitarismo como forma esencial del real desarrollo equitativo de las personas. La juventud indígena mesoamericana tiene la tarea de definir la estrategia adecuada para desdeñar de una vez esa condición de marginación y explotación condicionada por la composición de las estructura de dominación social, que imponen una forma de convivencia totalmente distinto a las formas reales de desarrollar a las comunidades y a sus pueblos.

Los enfoques y la acción propia y cotidiana de nuestros pueblos existen y transcurren en medio de una sociedad compuesta por distintos criterios y orígenes, y con distintos objetivos. Esto pone al descubierto los grandes retos que la juventud indígena de esta región debe afrontar; retos como la convivencia dentro de una sociedad occidental, sus formas y caracteres, con la raíz de ser y sentirnos de pueblos indígenas. Esto es una posición que debemos definir primeramente para poner en su justa dimensión ambas situaciones.

La convivencia debe ser no más que la clara intención de los pueblos no indígenas de respetar la tradición de sus hermanos indígenas. Esto debe manifestarse en el acceso a los bienes y servicios que ofrece el estado, en igualdad de condiciones, así mismo la apertura real de las formas de pensar y el respeto a la espiritualidad. Este último no se trata de antagonizar con las formas religiosas que nos han impuesto de otras civilizaciones, sino de velar por la cultura y las costumbres heredadas y mantenidas por nuestros pueblos. También la convivencia la determina la justa correlación política de nuestras leyes y tratados ancestrales, con las ya existentes desde la visión occidental, éstas últimas ya bastante desprestigiadas.

Hay elementos que se dan en la relación que tenemos con la sociedad en la que convivimos que afectan las costumbres que nos inculca nuestra cultura, ya sea desde los territorios de nuestros pueblos, o desde el ejemplo de nuestros mayores en ciudades. Por ejemplo, la educación oficial influye dramáticamente en la alienación de nuestros jóvenes y la imposición de una cultura sobre otra. Debemos fundamentar la educación de nuestras jóvenes en las formas tradicionales en que atendemos las situaciones diarias y su resolución efectiva y armónica con nuestros hermanos y hermanas. Esto debe prevalecer en toda circunstancia.

La falta de respuestas a las justas exigencias de nuestros pueblos, de mejorar su condición material de vida, así como la condición real de mínimo acceso a los recursos que obtienen los gobiernos nacionales, regentes del devenir de los países, ha caracterizado la relación Pueblos Indígenas – Estado. El Estado juega un papel sumamente importante en la situación de nuestros pueblos, ya que este fija las acciones materiales que deben resultar en bien común, cosa que en la práctica no se ve. Consecuencia de esto son los altos niveles de pobreza y la falta de acceso a los recursos económicos de las instituciones estatales.

Las estructuras tradicionales, la formación cultural y política de nuestros pueblos, las jerarquías propias, como tales, también influyen en como determinaremos nuestro actuar.

Tenemos que avanzar en la educación Intercultural bilingüe, la formación de líderes tradicionales, desde la juventud, la conformación de gremios juveniles y estudiantiles, la obtención de espacios físicos y de co-participación en toma de decisiones, ya sea comunitarias, como institucionales en el Estado, como a nivel internacional, y el fortalecimiento de espacios de intercambio de experiencias y acciones, como lo es el caso de la Coordinadora Mesoamericana Juvenil, que inicie con la transfiguración de un escenario que no ha traído, para nuestros pueblos indígenas mas que ayuda, atraso.

En fin, nosotros como jóvenes tenemos el reto de preservar nuestras culturas originarias, siendo parte de una sociedad homogénea, donde prevalece el individualismo, manifestado en y promovido por el libre mercado, chocando esta con la concepción propia de nuestros pueblos. Nuestra preparación en el mundo occidental también es necesaria para apoyar a nuestro mundo indígena. Nuestra labor de conciencia debe permitirnos aprovechar aspectos beneficiosos de la enseñanza técnica del occidente, de forma tal que obtengamos el mejor resultado de este para aplicarla para bien de nuestros pueblos, esto es pieza clave de nuestras 515 años de resistencia, que retoma su avanzada, para definitivamente hacer respetar nuestras culturas y posicionarla en el sitial que se merece.

En conclusión, el momento que viven nuestro pueblos indígenas en mesoamérica es de marginación, conciente dentro de las políticas estatales de gobiernos, que no son mas que simples administradores de un poder colonizador, quienes imponen un sistema económico y social que crea mas desigualad social y que choca con la preparación espiritual tradicional consciente y de alto sentir colectivo de los pueblos y la juventud indígena. Complementando las enseñanzas occidentales y las tradicionales, dejando claro que la única vía para la verdadera liberación de nuestros pueblos de esta condición, es conociendo y aprendiendo nuestra historia, para fortalecerla en el presente, irradiándola al futuro próximo, nos dan la firme convicción de seguir con la lucha de exigir el derecho que nos asiste de justicia e igualdad.

Autor: Ronaldo Ortiz, estudiante de economía de la Universidad de Panamá. Coordinador de actividades de la actual directiva de la A.E.K.U. Fue uno de los reiniciadores de esta última generación de la A.E.K.U, a finales de 2003, donde se redefinió la política a segurir, fortaleciendo el lema de asociación, añadiéndole ese sentir de ser de un pueblo con tanta historia, que arrojo la última línea del lema: Por Nuestra Cultura.
Es parte de diversas coordinaciones populares, actual miembro de dirección del Frente Nacional de los Derechos Económicos y Sociales de Panamá, FRENADESO.

jueves, 20 de diciembre de 2007

¿QUÉ NOS DEJÓ LA INVASIÓN?

Luces, arbolitos, adornos, el mundo del consumismo navideño desatado en su máxima expresión. Había una cierta tensión en el ambiente, pero nada presagiaba lo que iba a ocurrir, muy pocos pensaron –ingenuamente- que se atreverían a hacerlo en estás fiestas sagradas y venerables.

Cerca de media noche, se desato la ira: Bombas, misiles, helicópteros, avión “fantasma”, tanques. Las balas no discriminaron, miles de humildes panameños fueron heridos o asesinados de forma cobarde por el invasor, luego, aquel instante de dignidad ultrajada por la prepotencia imperial fue guardado en otro de los rincones olvidados de nuestra historia.

Al momento de la invasión yo sólo contaba con ocho años, viviendo en una provincia alejada del escenario principal de los combates. Sólo recuerdo el bombardeo del aeropuerto provincial, la fuga de los presos de la cárcel pública y las vergonzantes camisetas y gorras con el lema “Just Cause”.

A los más jóvenes sólo nos queda utilizar el recurso de la imaginación, para visualizar los testimonios de aquellos mártires y héroes anónimos. Sólo imagínelo, veintiséis mil soldados estadounidenses ocupando el país, dominando nuestras calles, estableciendo amenazantes sus retenes, violentando a los ciudadanos con su poderío, haciendo suyo nuestro aire, omnipresentes, todopoderosos, como les gusta visualizarse.

Imagínelos, véalos, arrastrando los cadáveres hasta fosas comunes, humillando y asesinando a panameños como usted y como yo, manifestando que tienen derecho de hacer lo que hacen, para llevarse a su General, agente de la CIA. Ahora mírelos juramentando a nuestro presidente, en una base militar norteamericana, rodeado de los asesinos, sonriente, mientras que la muerte inunda el país a miles.

Panamá, después de aquella tragedia, no ha sido la misma…. Veintiún años de dictadura militar, en los cuales los panameños debieron aprender que luchar por la libertad y justicia, por la transformación de nuestra sociedad, traen como consecuencia la persecución, la cárcel, el exilio, la tortura, la muerte y la desaparición; para acabar este período con una invasión genocida que por su intensidad violenta, desgarró la autoestima nacional, nos humillaron, pisotearon nuestra dignidad patria e impusieron en nuestro país la “paz americana”, que tan bien fue asimilada por los vencidos que hoy están en el poder.

Muy a lo panameño, hemos evadido enfrentar nuestro pasado, y como pueblo, hemos asumido la versión histórica de la clase dominante, aquella que se enseña en las escuelas, aquella en la cual no existe un once de octubre criminal y opresivo, ni un veinte de diciembre genocida, brutal, imperial y salvaje. Estas dos fechas marcan el inicio y el fin de una etapa tenebrosa, que tiene efectos altamente nocivos en nuestra actual idiosincrasia nacional y que mientras no sean enfrentados, limitaran la construcción de una imagen propia coherente con la conquista de una sociedad incluyente, justa, democrático participativa y libre.

¿Qué nos dejo la invasión? ¿Democracia? ¿Libertad? Ya no tenemos a las Fuerzas de Defensa como garantes de los intereses de la casta militar dominante; ahora tenemos a otras instituciones armadas, que son la barrera entre el pueblo y la oligarquía que se ha repartido el poder, desde aquella fecha trágica. Ahora los medios de comunicación no deben ser censurados y ocupados por los militares, son extensiones dóciles del poder que se ocupa de sostener el status quo capitalista y neocolonial.

Tan sólo han pasado dieciocho años y para las nuevas generaciones -¡futuro de la patria!- esta fecha no existe, nuestra memoria histórica esta cubierta y ensordecida por la superficialidad y la inmediatez impuesta a nuestra existencia individual.

Por aquellos que sufrieron la muerte en manos de los esbirros de la dictadura militar; por aquellos asesinados criminal y cobardemente por la prepotencia estadounidense, desde el movimiento popular jamás ofreceremos ¡ni perdón, ni olvido!

-Luis Calvo Rodríguez.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Siete cosas, que según Gandhi, nos acabaran destruyendo.

Riqueza sin trabajo
Placer sin conciencia
Conocimiento sin carácter
Comercio sin moral
Ciencia sin humanidad
Fe sin sacrificio
Política sin principios

viernes, 7 de diciembre de 2007

¡VICTORIA PANAMEÑA! La versión tica


TOMADO DEL DIARIO LA NACIÓN DE COSTA RICA

Costa Rica eliminada de los Olímpicos

Fracaso total de una selección inoperante

Con un pésimo juego, Tricolor echó por la borda ventaja del primer partido

Panamá fue superior a un cuadro tico cargadode defectos

Gustavo Jiménez M. | gujimenez@nacion.com

La ruleta de los penales condenó a una desteñida Selección sub-23 de Costa Rica a decir adiós al sueño de optar por una plaza en los Juegos Olímpicos de Pekín.

Panamá jugó mejor mientras el partido estuvo 11 contra 11. El canalero Algandona salió expulsado, pero ni así la Tricolor fue capaz de anotar un gol.

Después vino la debacle en los penales, para consumar el estrepitoso fracaso de la Sub-23.

La primera parte, por lo demás floja, transcurrió entre esporádidos chispazos de talento y una actitud permisiva del árbitro Archundia hacia el juego fuerte.

Costa Rica mostró al inicio una tendencia a abusar del pelotazo. Esto se corrigió después, como corresponde a un equipo que posee en su mediacancha a Marvin Angulo y Celso Borges.

Panamá, en tanto, dependió de su artillero Gabriel Torres, otro estilista a la hora de darle tratamiento a la pelota.

Si el balompié no incubara fanatismos, más cuando se trata de selecciones y hay puntos de por medio, este delantero canalero hubiera tenido que recibir ovaciones cada vez que se sacaba algún truco de la galera.

Pero fue, en general, un partido sin claridad ofensiva.

Hubo retazos de espectáculo, solo a cuentagotas, en un lapso inicial que apenas logró separar al escaso público del frío decembrino que reinó en el Saprissa.

Imparables. Si ya era difícil para Costa Rica controlar a Torres, en el segundo tiempo Panamá duplicó la apuesta con otro jugador de fantasía y piernas rápidas.

Armando Cooper ingresó a hacer estragos por la derecha. Y es que lo canaleros se lucieron con algunas acciones de habilidad que hicieron ver muy mal a la zaga de la Tricolor.

En Panamá también había gladiadores, de esos que tienen problemas para discernir entre el juego viril y la pierna brusca. Pero cuando hubo que meterle velocidad al partido, los visitantes tuvieron con qué.

Una de esas combinaciones desembocó en el tanto panameño. Alberto Quintero pescó un balón en el área y, ante la actitud pasiva de la defensa tica, puso el empate en el marcador global.

Panamá hacía mejor las cosas y obtuvo la merecida recompensa.

A un lado de la cancha, el técnico Hernán Medford gesticuló en un improvisado regaño. No era para menos: sobre la propia cancha del Ricardo Saprissa la Tricolor era un conjunto apocado e inoperante.

Los canaleros le hicieron un favor a Costa Rica con la expulsión de Rolando Algandona. Aunque ni jugando contra diez la Sele fue capaz de hacerle un gol a los visitantes.

Hubo que recurrir a la angustia de los penales y ahí Costa Rica terminó de redondear su fracaso.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Victorias pírricas y derrotas griegas

Carlo Frabetti
Rebelión

Los antiguos romanos, que en comparación con los imperialistas actuales eran un modelo de civilización y de respeto a otras culturas, conquistaron Grecia para dejarse conquistar por los griegos –por su filosofía y su arte superiores--, cuya supuesta derrota se convirtió en una de las mayores victorias culturales de la historia.

La “derrota” de Chávez ha tapado la boca a quienes acusaban al Gobierno venezolano de dictadura encubierta, a la vez que brinda un buen motivo de reflexión a algunos bolivarianos excesivamente triunfalistas. La vía pacífica hacia el socialismo tal vez sea posible --ojalá sea posible--, pero no será fácil. Y menos con la poderosa oligarquía venezolana vendida al más brutal imperio de todos los tiempos.

Puede que a algunos les haya sorprendido que Chávez calificara de pírrica la victoria del “No” y que dijera que una victoria así él no la querría; puede que a otros les haya recordado la consabida fábula de la zorra y las uvas. Pero el viejo zorro bolivariano seguramente tiene razón al pensar que las uvas de una victoria mínima habrían estado verdes. Una victoria mínima del “Sí” habría permitido a los manipuladores mediáticos alimentar las dudas sobre la índole democrática del proceso revolucionario y habría facilitado la estrategia de la crispación. Sin embargo, una victoria mínima del “No” no interrumpe el proceso, e incluso podría fortalecerlo. Dentro y fuera de Venezuela, muchas personas hasta ahora recelosas, intoxicadas por los medios de comunicación capitalistas locales e internacionales, tal vez empiecen a contemplar con mirada más tranquila y objetiva los impresionantes logros sociales conseguidos por la revolución bolivariana en apenas una década. Tal vez los “vencidos” empiecen a convencer a los “vencedores” con el ejemplo de su serena aceptación del veredicto de las urnas, con esa victoria de la dignidad y la ética a la que alude Fidel en su carta de felicitación –sí, de felicitación-- tras el anuncio del resultado del referéndum.

Casi a la vez, como para hacer inevitable la odiosa comparación, hemos asistido a la vergonzosa “victoria” del carnicero Putin, basada en la represión, la manipulación y el fraude. Y a la no menos vergonzosa detención electoralista de los encausados en el sumario 18/98, perpetrada por quienes solo saben enfrentarse a la derechona poniéndose a su nivel.

Seguramente Zapatero ganará las próximas elecciones, aunque para ello tenga que desempolvar al impresentable Bono y demostrarles a los “indecisos” que Bambi puede ser tan sanguinario como las hienas y las comadrejas del nacionalcatolicismo. Será una victoria tan miserable como las de Putin y Bush, una victoria pírrica cuyo desmedido coste social y político –por no hablar de la ética y la dignidad-- arruinará incluso el mínimo consuelo de que no gane Rajoy. Chávez no querría una victoria así. Nadie con un ápice de decencia la querría.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Presidente Chávez reconoce triunfo del ‘No’; "No pudimos...¡Por ahora!"


PUBLICADO EN APORREA

El Presidente Hugo Chávez, justo después de que el Consejo Nacional Electoral anunciara los resultados del referendo constitucional, admitió en cadena nacional el triunfo del ‘No’ en el proceso comicial. “Final de fotografía”, dijo el primer mandatario al hacer alusión al aproximado 1,5% de diferencia entre las opciones

Comenzó su discurso leyendo los resultados que ofreció Tibisay Lucena y anunció que “esa tendencia es irreversible” y reconoció “la decisión que ha tomado un pueblo”.

"Con el corazón se los digo, tengo varias horas debatiéndome en un dilema. Ya salí del dilema y estoy tranquilo, espero que los venezolanos también", dijo Chávez al ratificar las cifras que ofreció la autoridad electoral.

“Ahora los venezolanos y venezolanas debemos confiar en nuestras instituciones.

A quienes votaron por mi propuesta y a quienes votaron contra mi propuesta, les agradezco y les felicito porque han comprobado que este es el camino. Ojalá se olviden para siempre de los saltos al vacío, de los caminos de la violencia, de la desestabilización”, afirmó el mandatario.

Se dirigió a sus seguidores diciéndoles que “no se sientan tristes y apesadumbrados” y a la oposición les dijo “sepan administrar su victoria, mírenla bien matemáticamente. No es que se la doy, ustedes se la han ganado, pero esa victoria pírrica yo no la hubiese querido, no de esta manera”.

Estamos hechos para una batalla larga. Como lo dije el 4 de febrero de 1992, por ahora no pudimos, yo así, ante ustedes cumplo con el compromiso de respetar nuestras instituciones”, afirmó el presidente.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Están haciendo historia

Están haciendo historia camaradas bolivarianos. Adelante por la construcción de poder popular, por el Pueblo, por el Socialismo.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Chávez y las mentiras


Por: Pablo M Fernández Alarcón
Publicado en Rebelión. Nov. 28/2007

La mentira es siempre, como objeto de estudio, mucho más interesante que la verdad. La verdad sólo nos dice apenas lo que se cree como cierto. La mentira, en cambio, nos explica lo que al mentiroso le gustaría que realmente fuera.

La actual demonización de Chávez, y con él de todo el proceso político venezolano, está rodeada de mentiras, mentiras sutiles y groseras, mentiras piadosas y complejas, mentiras peligrosas o ingenuas. Mentiras y mentiras y mentiras a las que nadie quiere buscar explicación.

Las mentiras siempre son mucho más interesantes que las verdades. Porque las mentiras –especialmente cuando son muy burdas- siempre tienen algo detrás, algo que a menudo arroja una débil luz –tenebrosa pero suficiente- sobre la verdad que tratan de ocultar.

El mero repaso de la causa contra Chávez tanto a través de los sesudos editoriales de los periódicos más serios como de los más ligeros comentarios de foros y tertulias deja resultados sorprendentes.

El primero de ellos tiene que ver con la oposición interna en Venezuela, es decir, la crítica de la minoría venezolana a su gobierno. Esta crítica de la oposición se basa sorprendentemente casi de forma exclusiva en una cuestión racial. Haga la prueba quien lo dude... resulta muy difícil encontrar críticas internas al gobierno venezolano que no incluyan el insulto racial. No está en general la oposición venezolana ocupada en sutilezas jurídicas sobre legitimidades, constitucionalismos ni políticas sociales. La cosa está más por aquello de “al mono de Miraflores hay que darle bala”. Es como si entrar a discutir cuestiones legales, logros sociales o legitimidades de gobierno fuera colocarse a las puertas de la traición a la causa de la raza criolla (no sé, también pudiera ser por la cantidad de cosas que, ahora se me ocurre, tendrían que callar).

A primera vista no es ese el tono en España. Aquí hasta hace poco la acusación era de populista. Una desconfianza como de olfato, como de asquito burgués. Populista es, según la Real Academia de la Lengua, “perteneciente o relativo al pueblo” lo que a lo peor entronca más de lo que parece con el planteamiento anterior. Nadie en esa acusación era capaz de concretar exactamente qué significado peyorativo tenía eso de ser “perteneciente o relativo al pueblo” pero yo creo que era más bien una derivación estética egocéntrica y etnocéntrica: No nos gustan las formas latinoamericanas, qué le vamos a hacer. Nosotros somos europeos, sensatos y moderados. Es verdad que, comparados con la población mundial, chillamos como berracos sin distinción de clase o ideología y que –con muy poquito más de distinción- nos encanta ver la mala educación autoritaria y ejecutiva resolviendo las cosas a gritos y por las bravas. Ya lo dice el anuncio, “aquí se vive como se bebe”. Tal vez eso pueda explicar el regocijo íntimo popular ante tan diplomática cagada como la producida por Su Majestad al socaire de los más íntimos intereses que lo sustentan.

Pues, en efecto, ahora las cosas han cambiado. Se palpa en los editoriales, Chávez ha dejado de ser un payaso, ahora es un peligro. Se han abierto en España nuevas acusaciones en la programada demonización del chavismo. Y por la uniformidad de tanta labilidad argumental –la estupidez es infinita, es verdad, pero no se le puede negar su carácter florido y variopinto- esto parece tener que ver con el hecho de que la libertad de expresión en España se haya convertido en el exclusivo derecho a mentir de los medios con grandes ingresos publicitarios, para quienes las escasa multas siempre son rentables. Mentir se ha convertido en este país en un lujo al alcance de los grandes medios. El precio de la mentira es el exacto para no desanimar a los medios ricos de ejercer tan acreditado ministerio y, eso sí, prohibir a los pobres combatirlo. Todo se puede decir menos la verdad.

Sin ir más lejos el otro día condenaron a un cantante por decir que Su Majestad era un parásito. Le condenaron a pagar la cantidad justa para arruinarlo, una cantidad lo suficientemente razonable –no obstante- como para que si, por improbable ventura, le fuera aplicada a Don Miguel Ángel Rodríguez –portavoz del Gobierno en tiempos de Aznar- por mentir cuando ese mismo día dijo, así como de paso, en una televisión privada española que Daniel Ortega era un “dictador”, pudiera pagarla sin despeinarse (ya sólo nos indigna lo estrambótico, decir que Daniel Ortega es un dictador... Acusar de dictadores a los que gobiernan tras ganar las elecciones nos parece injusto, pero ¿qué nos parece entonces llamar dictador a quienes como Ortega dejan de gobernar tras perderlas?).

Es en este campo de juego trucado donde resulta realmente interesante comprobar cómo se han abierto paso algunas mentiras que no por groseras dejan de ser repetidas en una variable pero siempre divertida ambigüedad.

La mejor es la de la intención de Hugo Chávez de “perpetuarse indefinidamente en el poder” que postula la reforma constitucional en Venezuela. Nadie dice que dicha reforma constitucional hace igual el sistema de elección de la presidencia del gobierno al que existe en España. Sólo para la presidencia del gobierno, claro, porque para la Jefatura de Estado en Venezuela seguirá siendo un cargo electivo –no como en España que es por sexo y nacimiento- y los cargos ejecutivos de menos rango seguirán siendo limitados –que hay que ver lo bien que nos vendría en nuestro rancio poder local una cosa así-.

¿Por qué se miente? Ante tanto interés manipulador ¿no resulta extraño en un país tan suspicaz como el nuestro que nadie esté interesado en la respuesta?

Parece claro que la reconciliación racial no resulta fácil en Venezuela, allí resulta imperdonable -a los que tienen el poder nuestro de cada día- dejar que cuatro desarrapados mestizos buhoneros se arroguen el derecho de tener peso político, pero ¿qué le ha hecho Chávez a los españoles? Lo preocupante de la manipulación contra Chávez es que una gran parte de la izquierda social española parece haber sido arrastrada hacia la crítica más burda y falaz.

Si uno lo observa con cierto detalle, parece que el núcleo de la acusación de la sociedad bienpensante española se centra en el talante autoritario de Hugo Chávez que contagiaría todo el proceso venezolano: Chávez cierra televisiones, acosa policialmente a la oposición, manda a policías enmascarados a asesinar jóvenes... En suma, Chávez es tan sólo un dictador esencial que circunstancialmente gana elecciones.

Yo mismo he tenido que oír en privado a algún que otro mamporrero sindical español tildar a Chávez de fascista acogiéndose a la definición del diccionario que lo iguala a autoritario. Y no puedo evitar preguntarme qué dirían algunos de estos progresistas que ahora han descubierto en los Presupuestos Generales del Estado la lealtad monárquica si en Venezuela se condenara a dos dibujantes por presentar a Chávez en una posición obscena, qué cánticos no se darían en los editoriales más independientes de la mañana a la libertad de expresión. Por no hablar de que se hubieran cerrado periódicos y radios en rápidos procesos judiciales –con regalo de docena de huevos al ministro del interior de turno- como ha ocurrido en España sin que nadie se despeine. Como nadie se despeinó –tampoco el Tribunal Constitucional- cuando se prohibió un partido político por su vinculación política -no penal- con el terrorismo.

En suma ¡Qué no dirían los comentaristas españoles si en Venezuela se atrevieran a hacer lo que con tanta naturalidad se hace en España! (Y eso sin ponernos amarillos... Porque ¿se imaginan los editoriales si un soldado venezolano hubiera matado a un chico de dieciséis años por intentar ir a una manifestación en defensa de los derechos de los extranjeros? ¿Qué responsabilidad directa no tendría el propio Chávez?).

Es verdad que para estos compatriotas nuestros del Progreso y la Democracia nacional los extranjeros no son siempre empresarios y es verdad también que para ellos el golpismo no es terrorismo. Es verdad, básicamente, que para estos compañeros de viaje del neoconservadurismo más militante -y militar- lo único que no se puede hacer en el sistema legal español es decir impunemente la verdad.

Se puede mentir, eso sí, como también lo hizo un representante de empresarios anónimos en una entrada intempestiva en directo en un reciente debate de TV afirmando –contra lo expresamente escrito- que la nueva Constitución abolía la propiedad privada (mientras chillaba como un poseso advirtiéndonos: ¡Son comunistas!) .

Era un empresario anónimo, pero, eso sí, español. Y sólo por ello ya tenía derecho a decir lo que quisiera en TV sin ni siquiera identificarse. Ya decía André Malraux que las empresas, cuando ven peligrar sus intereses, sienten “una conciencia intensa de la nación a la cual pertenecen”. Mucho mayor que a la hora de pagar impuestos.

Pero lo que de verdad no deja de alucinarme en la ciudadanía española –tan castigada en efecto por esos monstruos financieros engordados con su sacrificio- es que de pronto hayan descubierto en el fondo de su corazón una conciencia política feudal que les hace gozar en riguroso diferido de los éxitos de sus empresarios. Yo suponía que no había que ser un fanático radical de izquierdas de esos que creen en la Declaración de los Derechos del Hombre para darse cuenta de que la actuación de dichas empresas en esos mundos de Dios sería aún más despiadada con sus trabajadores que en España y aún menos preocupada por sus consumidores. Si eso era posible, claro.

Pues no. Resulta que los ilustres ciudadanos de la nación que se honra en haber dado patria a todo un mister PESC han descubierto de pronto que las incontables –para ellos- plusvalías en millones de Euros que estas empresas obtienen plus ultra son de alguna manera carne de su carne. Y como tal las defienden mientras repasan los suplementos salmón donde cotizan los fondos de pensión que otros gestionan desde que ellos renunciaron a hacerlo.

Porque a lo mejor el arquitrabe de tanta estulticia es darse cuenta de que a veces las mentiras se cuentan no para creérselas sino sólo para repetirlas. Que, muy a menudo, las mentiras no tienen otra finalidad que la de dar una coartada a la conciencia y a la frustración. Mejor tonto que cobarde ¿no? Mejor que fascista, desde luego.

Y es entonces cuando cobra todo el sentido que lo único prohibido sea decir la verdad.

Pues la verdadera cuestión que aquí se dilucida es ¿de verdad nadie sabe entre los españoles de bien por qué Chávez tiene mala prensa? ¿De verdad nadie imagina lo que pasa cuando dejas de obedecer a las principales instituciones mundiales, no colaboras con los principales gobiernos mundiales, tienes petróleo y no dejas que lo administren las principales empresas mundiales?

O es que, simplemente, hay demasiada gente en España que en la oscuridad de su cuenta corriente piensa que Chávez se está gastando nuestro dinero en Venezuela –esas migajas vergonzantes tantas veces prometidas y tan pocas veces dadas- en dar educación, dignidad y justicia a su pueblo.

Y sólo porque en realidad el petróleo no era de Repsol, sino que era de los venezolanos…

Un verdadero populista. Un autoritario.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Sobre cómo derechizar a un izquierdista

Frei Betto
Alainet

Ser de izquierda es, desde que esa clasificación que surgió con la Revolución Francesa, optar por los pobres, indignarse ante la exclusión social, inconformarse con toda forma de injusticia o, como decía Bobbio, considerar una aberración la desigualdad social.

Ser de derechas es tolerar injusticias, considerar los imperativos del mercado por encima de los derechos humanos, encarar la pobreza como tacha incurable, creer que existen personas y pueblos intrínsecamente superiores a los demás.

Ser izquierdista --patologí­a diagnosticada por Lenin como la enfermedad infantil del comunismo- es quedar enfrentado al poder burgués hasta llegar a formar parte del mismo. El izquierdista es un fundamentalista en su propia causa. Encarna todos los esquemas religiosos propios de los fundamentalistas de la fe. Se llena la boca con dogmas y venera a un líder. Si el lí­der estornuda, él aplaude; si llora, él se entristece; si cambia de opinión, él rápidamente analiza la coyuntura para tratar de demostrar que en la actual correlación de fuerzas...¦ El izquierdista adora las categorí­as académicas de la izquierda, pero se iguala al General Figueiredo en un punto: no soporta el tufo del pueblo. Para él, el pueblo es ese sustantivo abstracto que sólo le parece concreto a la hora de acumular votos. Entonces el izquierdista se acerca a los pobres, no porque le preocupe su situación sino con el único propósito de acarrear votos para si­ o/y para su camarilla. Pasadas las elecciones, adiós que te vi y ¡hasta la contienda siguiente! Como el izquierdista no tiene principios, sino intereses, nada hay más fácil que derechizarlo. Déle un buen empleo. Pero que no sea trabajo, eso que obliga al común de los mortales a ganar el pan con sangre, sudor y lágrimas. Tiene que ser uno de esos empleos donde pagan buen salario y otorgan más derechos que deberes exigen. Sobre todo si se trata del ámbito público. Aunque podrí­a ser también en la iniciativa privada. Lo importante es que el izquierdista sienta que le corresponde un significativo aumento de su bolsa particular.

Así sucede cuando es elegido o nombrado para una función pública o asume un cargo de jefe en una empresa particular. De inmediato baja la guardia. No hace autocrítica. Sencillamente el olor del dinero, combinado con la función del poder, produce la irresistible alquimia capaz de hacer torcer el brazo al más retórico de los revolucionarios.

Buen salario, funciones de jefe, regalí­as, he ahí­ los ingredientes capaces de embriagar a un izquierdista en su itinerario rumbo a la derecha vergonzante, la que actúa como tal, pero sin asumirla. Después el izquierdista cambia de amistades y de caprichos. Cambia el aguardiente por el vino importado, la cerveza por el whisqui escocés, el apartamento por el condominio cerrado, las rondas en el bar por las recepciones y las fiestas suntuosas.

Si lo busca un compañero de los viejos tiempos, despista, no atiende, delega el caso en la secretaria, y con disimulo se queja de que lo molesten. Ahora todos sus pasos se mueven, con quirúrgica precisión, por la senda hacia el poder. Le encanta alternar con gente importante: empresarios, riquillos, latifundistas. Se hace querer con regalos y obsequios. Su mayor desgracia será volver a lo que era, desprovisto de halagos y carantoñas, ciudadano común en lucha por la sobrevivencia.

Adiós ideales, utopías, sueños! Viva el pragmatismo, la polí­tica de resultados, la connivencia, las triquiñuelas realizadas con mano experta (aunque sobre la marcha sucedan percances. En este caso el izquierdista cuenta con la rápida ayuda de sus pares: el silencio obsequioso, el hacer como que no sucedió nada, hoy por ti, mañana por mí.

Me acordé de esta caracterización porque, hace unos días, encontré en una reunión a un antiguo compañero de los movimientos populares, cómplice en la lucha contra la dictadura. Me preguntó si yo todaví­a andaba con esa gente de la periferia. Y pontificó: " fue estupidez que te hayas salido del gobierno. Allí­ hubieras podido hacer más por ese pueblo".

Me dieron ganas de rei­r delante de dicho compañero que antes hubiera hecho al Che Guevara sentirse un pequeño burgués, de tan grande como era su fervor revolucionario. Me contuve para no ser indelicado con dicho ridí­culo personaje, de cabellos engominados, traje fino, zapatos como para calzar ángeles. Sólo le respondí­: Me volví­ reaccionario, fiel a mis antiguos principios. Prefiero correr el riesgo de equivocarme con los pobres que tener la pretensión de acertar sin ellos.

http://www.alainet.org/active/20303
* Frei Betto es escritor, autor de “Calendario del Poder†, entre otros libros.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

El ataque de la prensa capitalista al movimiento popular panameño

Veo con cierta sorpresa el titular del diario La Prensa del día 14 de noviembre, que titula: “5 millones para el SUNTRACS”. Al entrar a leer el reporte en detalle, me percato, que este es otro capítulo más, de la larga serie de vergüenzas que enfrentan los medios de desinformación en Panamá.

La serie de artículos escritos contra el movimiento popular personificado en FRENADESO, están repletos de cálculos que parten de especulaciones, y de razonamientos que parten desde el punto de vista ideológico que tradicionalmente ha defendido ese diario, el punto de vista de la burguesía rancia de este país.

En estos momentos, FRENADESO, constituye uno de los puntales del único sector que es verdadera oposición política: la izquierda revolucionaria panameña. Los partidos de la burguesía que están en la oposición, representados en la asamblea y demás estamentos estatales, son simples papayos que repiten junto al gobierno, loas al sistema capitalista de producción, que mantiene en la opresión y miseria a nuestro pueblo.

El ataque va dirigido particularmente a SUNTRACS, fundándose en los recursos que maneja esta organización sindical, para su funcionamiento. En su entrega, no mencionan porque otras organizaciones no tienen toda la estructura a nivel nacional que tiene este sindicato, las publicaciones que desarrolla, las capacitaciones populares que lleva a cabo, la convención colectiva –una de las mejores de Latinoamérica- que tantos beneficios da a los trabajadores, que es producto de la combatividad revolucionaria de los mismos obreros y de la dirección inteligente y honesta de sus líderes.

Los recursos de SUNTRACS se dirigen fundamentalmente a la reivindicación de los derechos de los obreros de la construcción y a la mejora de sus condiciones de trabajo. Desde el espacio de FRENADESO, se lucha por concienciar a los sectores populares, que los socios de este diario se esfuerzan por mantener en la marginación y enajenación.

La burguesía se puede dedicar con toda calma -con la bendición de la prensa libre de nuestro país- a seguir reproduciendo las condiciones que mantienen el modelo injusto en que vivimos, la democracia de papelitos que niega la soberanía popular. Los miles de millones de dólares que expolian las clases dominantes a los trabajadores, no deben ser justificados y pueden ser tranquilamente utilizadas para el embrutecimiento y humillación colectiva.

Pero todo esto no debería sorprendernos, pues en una sociedad dividida en clases, todos sus estamentos integrantes responden a los intereses de una de esas clases.

Medios como ese diario, son autenticas empresas capitalistas, en su sostenimiento y funcionamiento, de ningún modo responden a un interés público o social. La falsa objetividad esta demostrada en cada una de sus páginas y ediciones, donde los planteamientos de la Derecha política nacional e internacional son tratados como verdad incuestionable y pulcra.

Esto nos demuestra una vez más, que parte de la lucha por la democratización de la economía y la política, también pasa –forzosamente- por la democratización de los medios de comunicación social, hoy en manos de los mismos que detentan el poder y sus socios.

martes, 13 de noviembre de 2007

Octubre


Cuando hay libertad y democracia cualquiera puede ser millonario, pero el mundo se divide, ya se ha dicho, en dos: tú (gilipollas) y yo (el espabilado)

Jon Odriozola -Periodista-
Publicado en Gara, 13 de noviembre de 2007

El 7 de noviembre (25 de octubre según el calendario occidental) se han cumplido 90 años de la nefasta Revolución rusa que, gracias a Dios y a la Virgen de Lourdes, pasó a mejor vida para permitir que algunos vivan como dios. Y todo por mor del advenimiento milagroso de la Democracia (ora pro nobis) a ese suelo eslavo tiranizado por la dictadura comunista que, al menor descuido, te robaba la cartera. Yo, Yon Odriozolovich, natural de Lutxanasburgo (antes Lutxanagrado), recién descubrí los textos de Ortega y Gasset y comprobé lo que siempre, quizá oscuramente, supe y sospeché, esto es: hay listos y tontos. Los primeros son (somos) la minoría y los segundos, es ley natural, unos pringaos. Hay minoría dirigente y mayoría obediente. Ortega no era un demócrata (más bien era un tipo aristocratizante), pero yo, por el bien de mi pueblo, sí lo soy. Desde que se vota en Rusia libremente, me hice millonario. Casi sin querer, oye, el talento quizá. Pero antes, con el totalitarismo soviético, imposible. No había ni quinielas ni lotería primitiva, que es la única forma que tenemos los pobres de salir de la miseria como pasa en los civilizados países occidentales. Porque ni ahorrar podemos los putos esclavos, digo los asalariados y, encima, contentos si el trabajo es fijo. Ya lo decía el impredecible Chumy Chúmez en un chiste gráfico en el que se veía una multitud con una pancarta que rezaba: «¡tenemos sed de justicia!». Y respondía la patronal: «Joer, qué gente, sólo piensan en beber!».

Tras la caída del absolutista régimen soviético, un centenar de empresarios, según la revista «Forbes» (que calibra quién es más ladrón), acumularon fortunas de hasta 136.000 millones de dólares, el equivalente al 32% del PIB. Como diría uno de Bilbao; «bah, eso no es dinero». Controlan el 50% de la economía y las 23 mayores empresas, que generan el 57% de la producción industrial. Y ello gracias a las privatizaciones de San Boris Yeltsin (que Dios guarde, y también al «croupier» Gorbachov), en los años 90. Somos ricos, pero no insolidarios. Damos trabajo. Por ejemplo, compramos Mercedes y Audis y jugamos a la ruleta para que no falte faena en los talleres y casinos. También miramos por el ocio de la clase obrera y compramos clubes de fútbol com el Chelsea de Abramovich o El Spartak de Moscú de Andrei Chervichenco (un patriota), que también quiere comprar el Leeds United. Cuando yo, Yon Odriozolovich, estuve en Londres, años ha, para saber a qué coño sabía el ginger-ale (prohibido en Rusia por ser una bebida «burguesa»), no había más que jeques árabes en Edgware Road (cerca de Marble Arch). Ahora los multimillonarios rusos los reemplazamos y brindamos en el Claridge y cenamos sushi en el Hyde Park. Y luego, sentimentales que somos, los domingos tomamos el vuelo nocturno de British Airways a Moscow (en inglés).

Nosostros no somos mafiosos: somos empresarios, gente de negocios, con ideas avanzadas. Jugamos al póquer y vamos a la Riviera francesa. Nuestros hijos van a estudiar a Eton o Millifield. La gente debe entender esto: cuando hay libertad y democracia, igualdad de oportunidades, cualquiera puede ser millonario, pero el mundo se divide, ya se ha dicho, en dos: tú (gilipollas) y yo (el espabilado). Ya lo dijo la sabia bruja Avería: ¡Viva el Mal, viva el Capital! Por eso, permitan esta licencia, con Stalin no había millonarios: porque no había «libertad» (para robar) ni democracia (para mentir).

lunes, 12 de noviembre de 2007

El valor de las ideas


Fidel Castro Ruz

El Valor de las ideas

Che era un hombre de ideas.

Con dolor profundo escucharía los discursos que desde posiciones tradicionales de izquierda se pronunciaron en la Cumbre Iberoamericana en Santiago de Chile.

Los de la derecha asumieron las posiciones igualmente tradicionales haciendo inteligentes concesiones a la supuesta izquierda.

Orgullo sentiría por los pronunciamientos de varios líderes, revolucionarios y valientes, con independencia de la poca o mucha experiencia política de cualquiera de ellos.

La experiencia es la madre de la ciencia y de las ideas.

De las batallas libradas por un puñado de combatientes cubanos en un fragmento de la Sierra Maestra contra fuerzas extraordinariamente superiores en número y en armas, elaboró el Che las ideas que después sintetizó en su libro La guerra de guerrillas.

La crítica de Chávez a Europa fue demoledora. La Europa que precisamente pretendió dar lecciones de rectoría en esa Cumbre Iberoamericana.

En las palabras de Daniel y Evo se escucharon las voces de Sandino y de las culturas milenarias de este hemisferio.

El discurso que en esa Cumbre pronunció el presidente de El Salvador provoca náuseas.

El capitalismo es un sistema regido por leyes ciegas, destructivas y tiránicas impuestas a la especie humana.

Dedicar la próxima Cumbre a la juventud latinoamericana es una mezcla indigerible de cinismo y de mentira para sembrar reflejos condicionados en la mente de los pueblos.

Noviembre 10 de 2007 6 y 02 p.m.

PUBLICADO EN LA JORNADA

jueves, 8 de noviembre de 2007

Cuento Ganador del Concurso de Cuentos Interuniversitario Roberto Jaen y Jaen 2007

LA HORA INDICADA

Sus pasos a cada mirada hacia atrás, se hacían más rápidos, con suspiro y ojos paranoicos, su malicia era necesaria para la supervivencia.

Marcos, estaba en un lío máximo, estaba sumergido en un complejo de situaciones, que a esta altura parecían insalvables. Al observar a la gente en la parada de buses, sólo se le ocurría maldecir por la pasividad de aquellas personas: algunos trabajadores con sus caras largas de cansancio, rostros que clamaban por una cena caliente y una cama; o aquellos otros –que parecían estudiantes como él- que disfrutaban de su despreocupación juvenil.

Al verlos, sus maldiciones eran réplica de una queja más profunda, que no había parado de repetirse… ¿habíamos hecho lo correcto?, ¿Valdrá la pena?

Las primeras gotas de lluvia, que presagiaban el temporal lo llevaron rápidamente a aquella noche, donde todo había empezado, cuando conoció a Raquel, hermosa… de mirada firme y sonrisa dulce, que con sus historias de Euskadi, había dado un rumbo a su indignación anárquica.

Se acercó a ella, atraído por su belleza natural: tez blanca, mediana estatura, su cabello castaño lacio rodeaba sus hombros, usaba gafas, que en nada disminuían la intensidad de sus ojos miel. Viajaba junto a un grupo de estudiantes europeos, que pasaron tres semanas inolvidables en su ciudad, no recordaba ahora el nombre de ninguno de los otros integrantes del grupo, sólo ella, y con ella, juntos, aprendieron de los misterios de la vida, del amor repentino e instintivo, aprendieron que la solidaridad es un sentimiento estéril como la rabia, sino se organiza y se instruye.

Ya habían pasado dos años desde la última vez que la había visto, sus labios contaron con la lluvia como ingrediente extraordinario para la despedida, por eso, esta lluvia, en estos momentos, era una reminiscencia de aquel instante tan especial.

Por estas mismas calles habían caminado, charlando de todo, él conociendo el mundo, ella conociendo un pueblo tan diferente al suyo, ahora, estas calles a los ojos de Marcos eran un laberinto en el cual, en cada esquina, acechaba un posible enemigo… las cosas no salieron como se planearon.

Al pasar frente a un almacén de electrodomésticos, vio en las vidrieras que su acto ya era conocido por todos, a través de la televisión nacional. Al no encontrar a su contacto en el lugar y hora programado, sabía que estaba sólo, también eso estaba en los planes.

En sus manos había estado el poder de la justicia, desde el momento en que con cautela consiguieron los materiales y con ternura sus dedos –que antes se habían entrelazado con los de Raquel- colocaron pieza por pieza, los elementos de aquella herramienta de luz, calor y venganza.

Marcos ahora era un fugitivo, ya estaba preparado para eso, aún así, el temor se filtró entre sus uñas, corrió por sus brazos hasta sus orejas y se posesionó de cada una de sus fibras nerviosas.

Repentinamente, trató de serenarse, recobrando conciencia de su acción… ya el señor ministro, había dejado de existir, como declaraban los noticieros horrorizados, había volado por los aires junto a la caricatura que representaba, de muerte repentina –no sufrió la agonía de los pobres que había dejado morir- llegó a su fin cuando el detonador marcó la hora indicada.

Se inauguraba la era de la hoguera y la antorcha, una era de luz y rebeldía, en la cual Marcos y su amor común, eran protagonistas circunstanciales de la historia.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Artículo de Armando Hart, recordando los 90 años de la Revolución Bolchevique. Publicado en Juventud Rebelde - Cuba

7 de Noviembre

Armando Hart Dávalos

Por: Armando Hart Dávalos

Correo: digital@jrebelde.cip.cu

07 de noviembre de 2007 00:00:40 GMT
La desaparición de la Unión Soviética en diciembre de 1991 no disminuyó, en modo alguno, el carácter trascendental de la Revolución que le dio vida hace ahora 90 años. Fue precisamente el 7 de noviembre de 1917 —correspondiente a octubre según el viejo calendario gregoriano— que los bolcheviques iniciaran la más grande revolución social del siglo XX.

Las heroicas jornadas de octubre —como las describió el periodista norteamericano John Reed— estremecieron al mundo. Se abrió una nueva época para la humanidad. Ningún hecho posterior puede opacar la grandeza de los bolcheviques rusos.

Tras el desenlace dramático del sistema soviético, para destacar el significado de aquellos sucesos y la validez de las ideas en nombre de las cuales se llevaron a cabo, se requiere un examen, desde la óptica del pensamiento de Marx y Lenin, de la muy compleja trama histórica que comenzó a gestarse entonces. Hasta hoy, los análisis han sido realizados, en lo fundamental, por los enemigos del socialismo y por los que han abandonado las ideas del marxismo, de forma fragmentada, parcial e incompleta. La historia, enfocada de esta manera, arroja resultados perjudiciales a las más nobles y justas aspiraciones de los explotados y de la humanidad en su conjunto.

Sobre el presupuesto real de que la interpretación marxista de la sociedad se transformó en un rígido esquema, se niegan las posibilidades de elaborar un análisis científico de la historia y, por ende, de las raíces del desastre.

Sin embargo, en el sentido más profundo de lo que ocurrió en 1917 hay una clave maestra para el análisis de la realidad de nuestros días. Desapareció la Unión Soviética, pero no las situaciones económicas y sociales que generaron aquel vasto movimiento de clases sociales y pueblos explotados.

En lo que se llamó Tercer Mundo e, incluso, en el seno de los países capitalistas desarrollados, está presente, en forma ampliada, la combinación explosiva que originó la revolución social de 1917; es decir: crecimiento económico burgués (anárquico por naturaleza), incremento progresivo de la pobreza e injusticia social y presencia de círculos intelectuales de alta cultura política y filosófica. Se están creando situaciones de hacinamiento que prefiguran conflictos sociales de extrema gravedad.

Con las modernas facilidades de comunicaciones y de relaciones sociales y humanas, los movimientos migratorios están complejizando tales problemas. Se desborda por todos los poros de la vida económica, social y política universal lo que caracterizamos como explosión del desorden que, incluso, ya está afectando, de manera creciente, la ecología y la atmósfera. Esta es la verdadera «postmodernidad».

Nadie nos puede inventar historias sobre lo sucedido. Las hemos vivido desde la perspectiva de la izquierda revolucionaria, antiimperialista y socialista, que es la forma más profunda de llegar a conclusiones sobre estos procesos. Y aún de esta manera no resulta sencillo hacerlo. Sin embargo, hay conclusiones que son bien evidentes.

•La primera, las hazañas de 1917 y de los años en que Lenin tuvo la conducción del proceso constituyen hitos de valor ejemplar e imperecedero en la lucha de los pueblos por la conquista de la libertad.

•La segunda, durante años y décadas, los comunistas y el pueblo de la URSS libraron batallas colosales y alcanzaron, en los campos económico, social, político, cultural y militar, avances prodigiosos. En relativamente corto tiempo histórico, convirtieron al empobrecido y explotado país que heredaron en una potencia mundial de primer orden.

•En tercer lugar, por diversas razones, el proceso se desvió de su ruta inicial, se produjo una grave descomposición y tuvieron lugar errores y horrores que la historia no puede pasar por alto. De esta circunstancia se aprovechó el enemigo para realizar su labor de zapa; pero sería atribuirle demasiado poder afirmar que la razón fundamental del desastre estuvo en la acción imperialista. Es evidente que la esencia de la tragedia se halla en factores internos del proceso soviético.

Lo ocurrido de 1985 hacia acá no es la causa, sino la consecuencia de males y problemas que Fidel y el Che habían denunciado, en la década de 1960, desde sólidas posiciones revolucionarias.

Se toma como base lo sucedido para argumentar contra las ideas de Marx y Lenin. Sobre semejante lógica simplista, podríamos negar el aporte a la cultura política universal de los enciclopedistas, porque se restauró la monarquía y Francia demoró largo tiempo antes de establecer un sistema republicano estable. Se podría, en tal caso, achacarle la Inquisición a Cristo y al cristianismo.

Le atribuyen al ideal socialista los errores y crímenes cometidos, como si tales males le fueran inherentes y no hubieran estado presentes en la historia anterior y posterior al socialismo. Cabe decir que no debían producirse en el socialismo. Precisamente por estas razones quebró lo que llamaron «socialismo real». Se produjo una subestimación de los factores de carácter subjetivo que limitó el desarrollo teórico del pensamiento revolucionario y lesionó la práctica socialista. Como advirtió la Revolución Cubana, tales factores subjetivos tienen mucha más importancia que la concebida por la interpretación marxista predominante en las últimas décadas. Se ha confirmado que no hay socialismo sin una elevada eticidad.

Los cubanos asumimos los descubrimientos científicos, económicos y sociales de Carlos Marx desde la cultura espiritual y ética de nuestra América. Nos guiamos por el pensamiento de Marx, porque sus aportes culturales y científicos y su sentido humanista universal, punto de partida de la ética socialista, nos sirvieron para interpretar la historia humana, nos brindaron claridad en el estudio de la evolución económica y social de Cuba y de América Latina, nos dieron los métodos de análisis histórico para confirmar científicamente la raíz popular de nuestro patriotismo, nos enseñaron que la contradicción entre ricos y pobres era —en última instancia— la causa de fondo de la tragedia social, y de hecho nos mostraron que la lucha revolucionaria por vencer las desigualdades socioeconómicas es fundamento y raíz de una ética que pretenda tener valor universal.

Desde la década de los años 20 y por influencias de la Revolución de Octubre, el inmenso legado de Marx y Lenin comenzó a articularse, en la cultura política de nuestro país, con el pensamiento universal y antiimperialista de José Martí. Fueron las corrientes socialistas y antiimperialistas, que ejemplificamos en Julio Antonio Mella, las que lo rescataron de la subestimación en que se le tenía y mostraron el filo revolucionario del pensamiento martiano. No vamos a renunciar a este legado. Hacerlo sería, además de una traición, una expresión de incultura y de falta de realismo político. Lo necesitamos para estudiar y abordar nuestras realidades de hoy y de mañana.

El 7 de noviembre de 1917 se conjugó lo más alto de la intelectualidad política europea con el espíritu revolucionario de la clase obrera rusa y la lucha de los campesinos por la tierra y sus derechos. De lo sucedido con posterioridad a la muerte de Lenin hay otra lección que extraer:

Para defender los intereses de las masas trabajadoras y explotadas, debemos exaltar la historia de la cultura humana, desde la más remota antigüedad hasta este fin de milenio, sin traumas ni «ismos» ideologizantes, que desde los tiempos del mítico Prometeo encadenado, descubridor del fuego, vienen imponiéndole freno, de forma dramáticamente recurrente, a la imaginación, la inteligencia, la ternura y al espíritu solidario y asociativo que se halla potencialmente vivo en la conciencia humana.

Las ideas y principios de los forjadores trascienden por encima de coyunturas. Desde Cristo y Espartaco hasta Marx y Lenin, hay una historia de retrocesos y avances; pero ha quedado en pie, erguida, la imagen de los grandes forjadores de

ideas redentoras. Entre ellos están Lenin y los bolcheviques rusos de 1917.

Mientras haya humanidad, vivirán en el recuerdo agradecido de los combatientes por la libertad.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Amor a la Patria


¿Vale la pena cuestionarse que es la Patria? Definitivamente, en un mundo como el nuestro cada vez que se cuestiona algo, sobre la cascarita superficial empezarán a brotar muchas verdades.

Vivimos en el mundo de la inercia, donde lo damos todo por dado, en el cual no importa la esencia de nada, sólo culminar la rutina diaria, celebrar las fiestas que dicen que celebremos, “respetar” los duelos oficiales y vivir tal y como nos dicen que debe ser. En este marco, la Patria es lo que dicen los manuales de ética, es la tierra donde nacimos o vivimos, es los símbolos que la representan, son sus autoridades y uno que otro, sin profundizar en el asunto, dice que la patria somos todos.

En resumidas cuentas, la Patria –al igual que Dios y prójimo- asume un concepto muy cercano a la abstracción y a la metafísica. Así, resulta muy fácil para las autoridades decir que aman a la Patria, aunque repriman y exploten al pueblo, por que separan uno de otro.

Decía José Martí que “Patria es Humanidad”, por una parte indicando el gran sueño de la extinción de las fronteras artificiales, y por otro, la concepción de que la Patria no es un ente abstracto, la Patria es todo aquel hombre, mujer, niño o niña que habita nuestra tierra. Visto así, la Patria tiene rostro, dignidad y sobre todo un Pueblo, que es el sujeto y la razón de ser de esa Patria.

Entendiéndolo así, la Patria que tenemos hoy los panameños, esta vedada para la inmensa mayoría que no ocupamos las cúpulas empresariales o politiqueras y para los cientos de miles de ciudadanos que sufrimos la violencia capitalista, necesidades, hambre, pobreza, marginación y miseria.

Conociendo los pormenores del discurso oficial, debemos romper la parafernalia que enceguece las meditaciones más elementales. La Patria no puede seguir siendo el negocio de unos pocos, no puede seguir siendo sólo canciones o pretexto de mercenarios.

Su sangre, debe refundarla, dirigida por y para todos, sólo se ama a la Patria, luchando por una para el Pueblo.

-Luis Calvo Rodríguez

jueves, 1 de noviembre de 2007

Los Dobermans atacan a Bernal

Un ejemplo de lo "progresista" que fue la tiranía de Torrijos el viejo (1968-1981).
El caso Bernal.

Vídeo del Programa La Cascara, Panamá

lunes, 29 de octubre de 2007

HALLOWEEN: Entre confites, máscaras y ebrios.


No pensé escribir sobre esta fecha, ¿qué puedo decir sobre el Halloween? Pero frente al cuestionamiento de una muchachita hermosa, algunas ideas dispersas fueron tomando forma.

De mi infancia no recuerdo nada relacionado a esta festividad, que llego a los Estados Unidos a mediados del siglo XIX, llevada por emigrantes europeos. En mis tiempos, finales de los ’80 del siglo XX, no se acostumbraba llevar a los niños disfrazados –al menos no en escuelas oficiales- y por lo tanto, mis recuerdos tienen más que ver con la Marsellesa y el béisbol.

Los niños de hoy, y quizás muchos chavales menores de 22 años, están más emparentados con los almacenes repletos de disfraces o los disfraces portados por borrachos, dos situaciones que abundan ese día.

Sobre el origen de Halloween he encontrado lo siguiente, por cortesía de Wikipedia: “La historia del Halloween se remonta a hace más de 2.500 años, cuando el año celta terminaba al final del verano, precisamente el día 31 de octubre de nuestro calendario. El ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos pasaran de largo asustados. De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces. Es así pues una fiesta asociada a la venida de los dioses paganos a la vida.”

En la época del Imperio Romano el latín fue llevado a todos los rincones del mundo conocido en esa época, de igual forma, en el período del Imperio Español, el catolicismo y el castellano fueron llevados a pólvora y espada por todo el mundo, junto a muchísimas de sus costumbres.

Esos son hechos históricos aceptados y si podemos reconocer eso, ¿Por qué no podemos reconocer que fiestas como Halloween han sido implantadas en nuestros países por el Imperio Estadounidense? Parece que es más fácil decir que es la “globalización” (¿no es lo mismo?) o simple y llanamente no cuestionarse nada y gozar la fiesta como un celta más.

Nuestras celebraciones, adornan el estante de lo desconocido, nuestra historia es agujero negro en la conciencia nacional y la memoria histórica de un panameño promedio, no llega más allá de las últimas elecciones (eso explica como metemos la pierna en la trampa una y otra vez).

Pero si me hace caso, no vaya a ponerse fundamentalista, cuando los niños aparezcan en su puerta y digan "trick or treat", no vaya a salirles con un discurso sobre lo importante que son nuestros valores.

Si no queremos ser totalmente asimilados, quedando como una masa poblacional sin identidad, debemos cultivar, enseñar, y profundizar en los contenidos de nuestra cultura como pueblo, más allá del típico folklore.

Sino, seremos un pueblo sin rostro ni rumbo, cubierto de mascaras y confites, pasaremos ebrios e inadvertidos en medio de la historia.

PUBLICADO EN Kaos en la Red.

jueves, 25 de octubre de 2007

Crónica electoral desde La Habana


22-10-2007
¿Existe democracia en Cuba?
Crónica electoral desde La Habana

Pascual Serrano

Hoy, domingo 21 de octubre, lo he dedicado a curiosear la jornada electoral en la provincia de Ciudad de La Habana donde se elegían a los representantes municipales. La primera complicación es comprender el sistema electoral para un extranjero, para ello el mejor modo es hacerse la siguiente pregunta: ¿Cuál es el procedimiento para que un ciudadano normal pueda ser representante municipal en Cuba?

Pero antes veamos cuál es ese mismo procedimiento en otro país. En España, por ejemplo, ese ciudadano debe pertenecer a un partido político, la dirección de ese partido político debe considerar adecuado que el ciudadano ocupe un puesto en la candidatura electoral –la mayoría de los partidos no establece mecanismos electorales internos para esa distribución-, el partido político debe recurrir a los métodos habituales de publicidad electoral como impresión de folletos que expliquen el programa y de carteles electorales, pegada y difusión de esa publicidad, etc… Todo ello requiere de un gasto económico que el ciudadano normal y la mayoría de partidos políticos no tienen, tan sólo los partidos ya consagrados que lograron gran representación en elecciones anteriores por las que consiguieron recursos públicos proporcionales a esa representación. Su propuesta también puede ser conocida mediante los medios de comunicación, pero éstos informan de los que quieren, entrevistas a los que ellos deciden y aceptan publicidad sólo de quienes les pagan. Por otro lado, nuestro ciudadano candidato deberá aceptar la disciplina, directrices y programa del partido político que le incorporó a una lista en la medida en que depende de él para ser candidato y a ellos les debe haberlo sido.

A la hora de las elecciones, el votante no puede elegir al ciudadano, debe seleccionar toda la lista de una candidatura con lo que puede estar dando su voto a alguien a quien no quiere al estar acompañando a la persona a quien desea elegir.

Si nuestro ciudadano que deseaba ser representante sale elegido puede que su cargo sea remunerado, en cuyo caso quizás lleguemos a la conclusión de que lo que pretendía era lograr un trabajo asalariado, lo que hace muy dudosa su vocación de servicio público. Si, por el contrario, no cobra nada por su dedicación deberá trabajar una jornada completa en otra profesión para sobrevivir mientras que otros representantes, que sí cobren por su cargo, pueden dedicarle a él muchas más horas de trabajo y, por tanto, presentar ante la población un balance de mayor dedicación.

Ahora veamos cómo es en Cuba. Allí la sociedad se organiza en asambleas o áreas, que son grupos vecinales de en torno a trescientas personas más o menos. Hasta ocho áreas pueden integrar una circunscripción electoral que deberá elegir un delegado o concejal. Los vecinos de las asambleas se reúnen para proponer candidatos electorales de su comunidad. Cualquier persona puede sugerir un nombre y la asamblea selecciona mediante votación al vecino que llevará como candidato para delegado de la circunscripción. Podrá haber, por tanto, hasta ocho candidatos para ser delegado de la circunscripción en caso de que sea un nombre diferente por cada asamblea. No suele ser así porque varias asambleas pueden coincidir en proponer a una misma persona.

El día de las elecciones, todos los votantes de la circunscripción deben elegir a uno de entre los diferentes candidatos, que serán entre dos y ocho. La difusión y conocimiento de la figura de cada candidato es mediante carteles en diferentes lugares concurridos de la comunidad que incluyen foto y breve currículo de todos ellos. En realidad, la mayoría de los votantes ya los conocen porque ya fueron preseleccionados por las asambleas y todos proceden de esa comunidad. No se hace más propaganda que el cartel con foto y currículo donde, como ya hemos dicho, están todos los candidatos.

La inclusión en el censo es automática, los listados se exponen con antelación para que cualquier elector compruebe su presencia, y el voto es voluntario y secreto. La jornada electoral transcurre desde las siete de la mañana a las seis de la tarde, las urnas se sellan al comienzo y son custodiadas por niños, existe un presidente de mesa y vocales pertenecientes al barrio. Los colegios disponen de cabinas o lugares donde se garantiza que el voto sea secreto. Se dispone también un urna portátil para desplazarla a los domicilios de los votantes que puedan estar impedidos físicamente, la lleva algún representante de la mesa acompañado de un niño en edad escolar. Al final de la votación se hace el recuento que es público.

Para ser elegido se deben sacar el cincuenta por cien de los votos más uno, si no fuera así habrá una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados. Finalmente se ha de saber que el representante elegido no cobrará sueldo alguno por su labor, seguirá desempeñando el trabajo que tenía y se dedicará a sus responsabilidades públicas en su tiempo libre.

Como de todos es conocido, al sistema cubano se le acusa de no celebrar elecciones o de que éstas no son transparentes ni democráticas. Pero un reportaje de la BBC de ese mismo día sobre las elecciones cubanas informa del caso de un opositor que “se presentó en su barrio como candidato” y afirma textualmente: "obtuve 5 votos en un centenar de personas, el 5% del total".

Ante ese desesperanzador panorama para la oposición, según afirma el reportaje de la BBC, “la mayor parte de los grupos opositores han optado por llamar a la población a anular su voto escribiendo un ‘no’ en la boleta, de tal forma que se pueda contabilizar el apoyo real que tiene la disidencia”. Parece razonable que el modo que podrían tener los ciudadanos para manifestar su rechazo al sistema podría ser no votando puesto que el voto es voluntario. O, en caso de no querer verse identificados como abstencionistas, hacerlo con un voto nulo, el solicitado NO desde Miami. Sin duda, el dato de la abstención o de los nulos nos podría servir bien para poder cuantificar la representación del colectivo crítico con el sistema socialista cubano.

Durante la jornada electoral visité colegios electorales en populares municipios de la provincia de Ciudad de La Habana como Marianao y La Lisa. En ambos los candidatos eran tres, sus nombres estaban incluidos en la papeleta y el votante debía marcar uno de ellos. El cartel con su foto y currículo figuraba en el colegio electoral, pude comprobar que se trataba en la mayoría de casos de trabajadores corrientes que vivían en el barrio, en el caso de Marianao, uno de ellos pertenecía al Partido Comunista de Cuba y los otros dos no.

Para el recuento visité y asistí como testigo en otro colegio electoral, en esta ocasión en el barrio de Vedado, perteneciente al municipio Plaza de la Revolución. Allí el censo era de 359 votantes, de los cuales ejercieron su derecho al voto 327, es decir no votaron por diferentes razones 32 personas.

Los votos se distribuyeron entre 138 para la candidata mujer más apoyada, 97 para el siguiente y 71 para el tercero. Hubo 21 votos anulados, la mayoría porque marcaron a más de un candidato o a ninguno, uno de los votos porque estaba todo tachado y otro más con las letras NO atravesando la papeleta. Pendiente de los datos definitivos de todo el país, mi experiencia es que la distribución de voto del colegio en el que estuve, en especial en lo referente a abstención y nulos, era similar a los de otras convocatorias electorales: más de un noventa por ciento de participación y menos de un tres por ciento de nulos. En cualquier caso, yo fui testigo de que el socialismo cubano tiene oposición dentro del país, lo vi con mis propios ojos, un voto que decía NO como pedían desde Miami, de entre 327.

Y en cuanto a la metodología electoral, no es perfecta, y tampoco podemos pensar que deba ser aplicable en otros países. Lo que es indiscutible es que nadie puede decir que los países capitalistas son más democráticos. Nosotros nos hemos limitado aquí a explicar una jornada electoral en Cuba, que cada uno valore. Y de paso que compare con la abstención en su país.

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